Era una mina de ley y de fierro, de tierra adentro, fuerte, ni los médicos saben cómo pudo seguir adelante en esas condiciones, digamos que el enemigo la tenía sitiada, invadida por completo y luchó hasta las últimas consecuencias.
Mantuvo una chacra,Crió hijos y nietos, sacó adelante a todos, hijos del corazón y de la sangre, todos son personas de bien, todos son excelentes personas.
Y se apagó la luz que la mantenía físicamente a nuestro lado, pero siempre estará en el corazón de quien la conoció... es inevitable.
Una gran mujer, sin duda, a la que no le hizo falta un título universitario para ser excepcional y triunfar en la vida; sabía muy bien donde estaba parada.
Su ausencia nos hace pensar que realmente hay cosas importantes en la vida, como compartir momentos con personas que nos dejen ese algo, que nos arranque el alma cuando se ausenten y que nos dejen tanto que no se pueda si quiera medir...o pesar, sólo sentir y saber.
Sus manos estaban endurecidas por el trabajo, su carácter lo estaba por la vida que llevaba, así y todo, sus manos conocían las caricias y daba amor a manos llenas.
Agradezco al menos haberme alejado de las personas vacías, ególatras, que dicen amarte pero no saben cómo, porque sólo lo hacen pensándote como una extensión de ellos y en función suya; y el haberme rodeado de esa gente humilde y sencilla que esconde la grandeza y la sabiduría. De las que aprendí tanto.
Adiós doña Lela... gracias por todo lo que nos deja.
Hace 6 meses
2 comentarios:
:) Triste pero inevitable. Gran entrada, eso lo aprendemos to2.
Por si quieres volar con éstos cuervos:
http://elalmaysustinieblas.blogspot.com
Con mucho gusto!!
Publicar un comentario