martes, 26 de abril de 2011

26 DE ABRIL DE 1986: El accidente de Chernobyl



Ese día tuvo lugar una catástrofe sin precedentes en la historia de la industrialización. El reactor n°4 de la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, sufrió un grave accidente, con fusión del núcleo, que provocó la liberación de toneladas de material altamente radiactivo a la atmósfera.
Los elementos radiactivos expulsados (entre otros: iodo 131, celsio 137 y 134, estroncio 90 y plutonio 239) crearon masas de aire contaminado: una nube radiactiva. Esta nube, arrastrada por el viento, no sólo afectó a la zona próxima a la central sino que esparció su radioactividad por casi toda Europa. También alcanzó a España, especialmente a Cataluña y Baleares .
Una parte importante de las emisiones de radioactividad (un 25%) se produjo en las 24 horas que siguieron a la explosión que tuvo lugar en el reactor; el resto fue emitido en el transcurso de los 9 días siguientes que duró el intenso incendio que se declaró. En la extinción del fuego y otras tareas de urgencia en los días inmediatos al accidente, intervinieron cerca de 600.000 personas (los llamados "Liquidadores"). Trabajaron sin protección y sin que se controlaran las elevadas dosis de radiación que recibían.
Con retraso de varios días y en forma ineficaz, se evacuó a las personas que habitaban en una franja de 30 Km. alrededor de la centra: un total de 135.000 personas.
El peligro no ha pasado. Aún queda activa una parte del núcleo en el interior de las ruinas del reactor accidentado. Para confinarlo se tuvo que realizar una construcción de acero y hormigón de 50 metros de altura: el sarcófago. Construido apresuradamente, en condiciones muy difíciles, y sin las estructuras necesarias para soportar su carga extra, el sarcófago está en condiciones lamentables y deja escapar radioactividad en forma continuada. Pero este problema es insignificante si lo comparamos con la radioactividad que se liberaría si algunas secciones del sarcófago se derrumbaran.

Consecuencias de la Catástrofe

Los efectos de la catástrofe de Chernóbil todavía se sienten por todo el continente Europeo. Oficialmente se ha reconocido que el área contaminada es de 131.000 Km., algo así como 3 veces el tamaño de Bélgica .
Los daños a la salud pública que actualmente se conocen parece que sólo son la punta del iceberg, puesto que muchas enfermedades tardan décadas o incluso generaciones en manifestarse.
El Ministerio de Salud de Ucrania y la Organización Mundial de la Salud han reconocido la existencia de más de 10.000 víctimas mortales como consecuencia del accidente. Sólo en territorio de la antigua Unión Soviética se esperan más de 500.000 muertos en los próximos 10-15 años.
Según datos oficiales, más de 4.000.000 de personas viven en zonas altamente contaminadas, que deberían haber sido evacuadas.La revista New Scientist publicó en Abril de 1991 un estudio independiente cuyos resultados son mucho más negativos, ya que establece en 8,5 millones de habitantes la población afectada que vive en zonas contaminadas.
La combinación de vivir en una tierra contaminada y el consumo de alimentos afectados por la radiactividad está incrementando gravemente los daños sobre la salud.
Además de las víctimas mortales, ya mencionadas, y las malformaciones congénitas y deformaciones que, como consecuencia de las mutaciones, están apareciendo entre la población nacida después del accidente (Los niños de Chernóbil), los índices de diversas enfermedades están aumentando en toda el área afectada.
El costo económico se ha cifrado en 40 billones de pesetas. El gobierno de Ucrania destina anualmente el 11 % de su producto Interior Bruto a intentar paliar las consecuencias del accidente.

Algunas lecciones que nos deja Chernóbyl

La catástrofe de Chernóbil ha dejado claro que las consecuencias ecológicas, sanitarias y económicas de un accidente nuclear son muy elevadas, con seguridad incalculables.
El accidente de Chernóbil ha demostrado también que la energía nuclear es una amenaza que no conoce fronteras, ya que la radiactividad liberada a causa del accidente contaminó lugares situados a miles de kilómetros de la central siniestrada.
Las autoridades ucranianas reconocen la existencia, de amplias zonas fuera del área de exclusión de 30 Km. alrededor de la central, que están mucho más contaminadas radiactivamente que otras del interior de la misma. Este hecho incuestionable deja en evidencia la inutilidad de los planes de emergencia nuclear y las zonas de exclusión contempladas por estos.

Ningún reactor nuclear es seguro

Los reactores nucleares que funcionan en Occidente tampoco son seguros. El siguiente accidente en gravedad, tras Chernóbil, ocurrió en 1979 en la central de Three Mile Island (Harrisburg, EE.UU), donde también se produjo una fusión del núcleo. En España en 1989 nos libramos por muy poco de una tragedia similar en Tarragona, a causa del accidente acaecido en la central Vandellós 1, que obligó a su cierre definitivo.

Con una planificación energética más racional basada en la eficacia energética y las energías renovables, en muy poco tiempo podrían cerrarse, sin ningún problema, todas las centrales nucleares, evitando así grandes riesgos, la generación de peligrosos residuos radiactivos y la continuación de un negocio altamente ruinoso que sobrevive a costa de la factura de la luz de todos los ciudadanos.

Fuente: Geenpeace España.
Video Tan segura y natural -La Polla Records

Descargo

No soy una nena. Y cuando tenía edad para serlo tampoco lo era. No necesito ni tu ayuda ni tu autosuficiencia, me valgo por mí misma hace ya más de la mitad de mi vida. Tus explicaciones no me sirven, si no lo sé, solita me enteraré de qué se trata. Tu pedantería (Siguiendo y respetando la definición de Unamuno) me parece sumamente decadente y si pudiera sentir lástima por alguien, seguramente la sentiría por vos.
No sé con qué mujeres te topaste en tu vida, pero sé que sin ser feminista, ésta que escribe destesta a las personas como vos que tratan con tanta condescendencia a las mujeres, no somos inferiores, no somos incompletas, ni somos mascotas.
Yo sé de qué soy capáz y de qué no, no tengo por qué rendir cuentas ni demostrar nada, y la altura de tu ego no me asusta, cuanto más altos, más ruido hacen al caer, suelen decir.
Soy consciente de que mis palabras no te serán de gran cuidado, pero al menos te pondrán alerta, de seguro soy un "bicho nuevo", supongo por tu proceder que no estás acostumbrado a cruzarte con gente como yo, sino ya te habrían bajado el copete.
Como vos tampoco soy perfecta, pero a todos los trato como igual, nadie está ni sobre, ni debajo mío; de todas las historias de vida se aprende, no hace falta un título para poder enseñar algo. Y hablando de enseñar-aprender, no te vendría mal una dosis de humildad, perfecto no es nadie, y a vos te queda un largo camino por emprender. (emprender es adrede, por si no lo viste)
Te doy un par de consejitos:
No me hables en diminutivo ni despacio
No me trates de convencer de que tu idea es la única alternativa
Nunca te atrevas a decidir por mí- Nadie tiene propiedad sobre mí, la Asamblea del año XIII se encargó de eso, aunque no se note-
Yo decido lo que puedo-quiero o no puedo-quiero hacer.
No soy ni un muñeco, ni un robot, ni una mascota, ni una nenita a la que hay que guiar o algo similar. Soy una mujer, aunque todavía no entiendas bien la idea de género y sus diferencias, la diferencia reside en lo físico, no en lo mental. Las capacidades son las mismas.

Con respecto a Unamuno la frase a la que me refiero reza: "Un pedante es un estúpido adulterado por el estudio" Concluyo mi caso.
 
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