domingo, 5 de abril de 2009

Juego literario propuesto en Sala de escritores

Se escribe una historia con las siguientes palabras Piojo, sable, papaya, circunloquio y panadero:

Érase que se era, un pequeño piojo de librería que vivía en el estante de libros históricos de la Biblioteca Nacional Argentina. Había un cuadro en el Salón de lectura de un hombre trigueño de naríz aguileña y gran porte, que siempre le había llamado la atención. Un buen día, dejaron al olvido un libro abierto en la mesa más cercana; se acercó a patinar por sus páginas -lucían bastante aceradas- y descubrió con sorpresa que el hombre que admiraba era ni más ni menos que "El libertador de América". Anhelando convertirse en el libertador de los piojos oprimidos, tomó una mina de lápiz como sable, y al grito de "A la carga Barracas" se lanzó contra el peluquín mal peinado del bibliotecario, resbalando en el aceite de papaya en el que estaba impregnado, y cayendo por el otro lado, sobre un retrato de una señora bigotuda que el hombre conservaba en su escritorio. Intentó en vano reclutar voluntarios; con grandes circunloquios trataba de darle aires de importancia a la causa. Estudió día y noche palabras ostentosas para llamar su atención. No hubo caso, quedó sólo y triste cual panadero sin harina.Decidió sin más olvidarse de ese hombre, del peluquín del bibliotecario y del horrible sabor del aceite de papaya, y se unió como activista de greenpeace donde utiliza sus palabras rimbombantes para conseguir adeptos encadenado a un ejemplar del Pequeño Larrouse Ilustrado edición de bolsillo.
 
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