20 años...

En Febrero falleció el padre de un amigo, cuando se cumplió un mes del fallecimiento se hizo una misa en su memoria; habiendo sido educada en la fe católica asistí por respeto, más allá de mi actual relación con la Iglesia.

En un momento, después de mil ideas que pasaron por mi mente, caí en cuenta que este año se cumpliría el 20° aniversario de la muerte de mi mamá ... y con cierta mezcla de congoja y melancolía salí al atrio a escuchar desde allí la misa y despejarme viendo las copas de los árboles-

Por esas cosas de la vida, un chico que esperaba terminara la misa para asistir a un bautismo, un pibe, no tendría más de nueve años (todavía no había tomado la comunión ni sabía bien qué era "comulgar")se me acerca y entre otras preguntas referidas al horario de la misa, por qué se comulgaba, etc., me suelta: "Vos qué preferís, estar con tu mamá o con tu hijo..." Creo que mi mirada lo extrañó porque agregó "Digo, si tenés hijos"... respondí sonriendo que sí, si tengo un hijo, la conversación se fue hacia ese lado, cuántos años tenía, dónde estaba en ese momento ... en fin, la cuestión que nunca contesté esa pregunta, pero me la hice muchas veces esa mañana... Y la respuesta es clara, ahora estoy en la otra vereda, soy yo la mamá y tengo que darle la mejor madre que pueda ser a mi hijo, y el recuerdo no me puede impedir serlo, no me puede impedir ser felíz y disfrutar ser madre por más que haya tenido poco tiempo físicamente a la mía... Esos doce años fueron una brújula indiscutible, y creo que las virtudes que pueda tener como madre las tengo por ella...

Hoy veinte años después, la recuerdo con melancolía, con cariño, con profundo amor y creo que al verme al espejo o con mi principito, y al ver a mi hermana con su hijo la veo a ella, entonces en definitiva pasar tiempo con mi hijo es estar con ella.


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