Algún día, de otros labios saldrán las palabras que tanto ansío decirte; y acaso habiendo nacido con la misma dulzura, la misma locura, crecen en el silencio, hasta estar tan maduras que no puedan contenerse.
No te serán impropias ni ajenas, ni mucho menos, simplemente de un modo diferente. Las mismas palabras que morirán en mi boca marchitándose en ocre con sabor amargo.
Pensarás que ella sola te ha querido, y creerás quererla más sólo por eso, te recuerdo: la querrás porque está escrito, en algún lugar desde el siempre hasta lo eterno corresponder a ese amor, al que verás perfecto – el amor siempre lo es, lo ignorarás entonces-.
Hoy te pierdo, sin poder decirte lo que aun no madura, pero acaso sospecho, lo hará en poco... esas mismas palabras que siempre queremos oír, pero de sólo de una boca parecen ser correctas. Tenía tanto que decirte. Tenía tanto que escuchar.
Con el tiempo las palabras pierden el significado, pero esas perduran, crecen, fecundan. Algún día esas palabras llegarán a ti, y no querrás haberlas oído de ningún otro jamás; si las pronunciara, aunque sinceras, carecerían de importancia y veracidad comparadas con las de ella; callaré entonces, que mis labios no profanen el recuerdo de ese día, cuando ocurra.
Será otra voz, será otra boca, otro momento; la preferida, la indicada, el correcto...
Exactas palabras en mí un sinsentido, y en ella la gloria. Ya no lo sabrás, sellaré mi boca, sólo porque no quisiera que esas, sus palabras, opaquen mi amor.
Fénix Negro
(dedicada a mi amiga Daniela, por las veces que sentiste algo así, deseando encuentres al amor de tu vida.)
Hace 6 meses
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