Y de buenas a primeras me encuentro regresando al rincón más postergado de mi vida. Encuentro en cada relevo abandonado un poco de mi alma, mal ejemplo de horrocrux, con el poder de invocar a mis demonios y fantasmas.
Durante todo este tiempo medido en ausencia, buceé dentro mío y escalé umbrales y abismos circundantes, tratando de encontrarme a mí misma sin percatarme -o sin querer verlo- que estaba encerrada en estas páginas, en estas letras, en esta casa metafórica, este leve asomo de mis obras.
Y en cada letra se encuentran los sentires, las atmósferas que parieron y vomitaron tantas frases; tantos años de tinta reflejados en códigos binarios ... tantos manuscritos que se alearon para formar otros escritos prolijitos, justificados y con letras perfectamente simétricas, sin garabatos, tachones ni manchones de lágrimas corriendo la tinta, y así y todo transmiten el mismo sentimiento que duerme en el papel.
Tantas veces volví a esta ventana, tantas veces me prometí volver a escribir en ella con frecuencia, y siempre ese boicot de empantanarme, de esconderme de no aceptarme .... que me lleva a otros caminos y abandono.
Sin promesas, reencontrándome, sintiendo, latiendo. Tal vez ahora que aprendí a ser mi amiga, quizás ahora que dejo de lado los exorcismos y no me opongo a que las musas me posean. Ahora que aprendí a creer en mí....
El velo se corre y tal vez las palabras sean más claras en mi mente.
Se siente tan bien.
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