miércoles, 28 de noviembre de 2012

A mi hijo


Todos los miedos y las dudas  que pudieron haberse presentado al saber que estaba en camino, todas las inseguridades, se fueron al momento de verle a los ojos.

A medida que crecía, crecimos con él, a medida que aprendía, aprendimos juntos. El amor es el camino que tomamos, lo transitamos juntos, no hay un día en el que no lo se lo demostremos o se lo digamos, no hay un día en el que no lo demuestre o nos lo diga.

Es increíble verlo crecer, es sorprendente verlo crear, dibujar, espiarlo dormir o leer… o notar la atención que presta y como de apoco comienza a tomar decisiones, partidos, conclusiones. A veces es un poco distraído o torpe en sus movimientos, testarudo, desordenado, malhumorado…pero no podría estar más orgullosa de él.

No entiendo ni imagino nuestras vidas sin él, es tan completa, tan dulce, tan perfecta… ver a esa pequeña porción de nosotros crecer a lo largo de estos nueve maravillosos años y asombrarse encontrando a esta personita tan madura, inteligente, vivaz, dulce, tierna, independiente, tan personal, íntegro.

Habrá quienes nunca entiendan estas maravillas de ser padres, podrán engendrar hijos, pero no sentirlos, proyectarán sus fracasos en ellos, los culparán de las malas decisiones que tomaron, les estorbarán, los lamentarán, los criarán con culpas por no amarlos como deberían o les guardarán rencor por todo lo que no pueden lograr o hacer por compartir su vida con ellos. Jamás los entenderé y a duras penas los respetaré, porque hablamos de vidas en crecimiento, en personitas en cuyos hombros se depositan grandes pesos que no deberían tener, hablamos de niños que mañana serán adultos que tampoco sabrán tratar a sus hijos y crecen con temores, con dolores, con odios que no les son propios, y por sobre todo no son justos.

AMO a mi hijo, y, espero ser tan buena madre como el merece, deseo cometer la menor cantidad de errores posibles al acompañarlo en su crecimiento. Anhelo poder estar la mayor cantidad de años sosteniendo su mano, contemplando su mirada, aliviando sus penas, compartiendo sus logros y alegrías, porque a través de él soy mejor persona, porque él espera de nosotros lo mejor, porque somos sus referentes, sus héroes, su todo ahora, que le dará las fuerzas, la confianza y seguridad para afrontar su futuro.

No podría estar más orgullosa y felíz. Agradezco  a la vida infinitamente el ser su “mamá” porque no hay palabra más completa y dulce que esa en sus labios.
SNL (Lem) Silvia Lemiña

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